lunes, 26 de enero de 2009

Los mareados


Un trago… dos tragos… diez tragos… El descontrol por las bebidas es algo muy actual entre la mayoría de los jóvenes. Embriagarse es una salida fácil, para algunos, de la cruda realidad en la que se hallan envueltos. Otros, en cambio, lo hacen por “diversión” (si es que así se le puede llamar). Los medios muestran que emborracharse es parte de la vida, es algo bueno y se relaciona con la amistad, el éxito con las mujeres y la felicidad. Puede ser que una persona bajo los efectos del alcohol tenga esta y otras sensaciones, pero son ilusorias y efímeras. Jóvenes, no nos dejemos engañar por aquellos que nos ofrecen la borrachera como una salida, sino que enfrentemos la realidad y salgamos a flote. No pensemos que borrachos somos más divertidos, por el contrario no controlamos nuestros actos, llegando muchas veces al patetismo. Mi consejo es que nos embriaguemos de aquellas cosas buenas, por las que vale la pena vivir, que son constructivas, imperecederas y que no dañan a los demás, ni nos dañan.

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