lunes, 26 de enero de 2009

Cielo nuevo, Tierra nueva

Tenemos la enorme tarea de construir. Y no construir cualquier cosa, una casa, un puente, un edificio. No. Algo mucho más difícil. Debemos construir el mundo. Menudo trabajo llevamos en nuestras espaldas. En realidad, podría decirse que el mundo está construido desde hace siglos, sería más correcto decir que debemos “reconstruir”. Esto hace más difícil nuestra labor. Los cimientos están bien fundados en la inmoralidad, las vigas son de egoísmo, y los ladrillos de desenfreno. El techo, de corrupción. Por fuera, el revoque es de diversión, y la pintura intenta mostrarse correcta: la fachada perfecta, para no ver lo que hay por dentro. Evidentemente, quiénes intentamos mejorar el mundo, reconstruirlo, somos una minoría. Y pienso que, por tanto, nuestro esfuerzo por lograrlo debe ser aún más grande. Muchas veces me veo a mi mismo, perdiendo el tiempo en cosas que no construyen, cuando en realidad podría estar haciendo algo útil. No tengo nada contra el ocio, pero cuando este se torna excesivo, corremos el riesgo de desperdiciar el poco tiempo que tenemos en la Tierra. Y cuanto más dejemos que nuestro cerebrito esté “ausente”, y abusemos de la desocupación intelectual, más difícil será reconstruir el mundo, menos capacitados estaremos. Sin embargo, tampoco es cuestión sólo de capacidad intelectual. Hay muchos que, siendo inteligentes, son tan funcionales como el resto en cuanto a exigencias del sistema, siguen siendo amorales. Pero otros, en su sencillez, valoran la vida como corresponde, y eligen el camino de la moralidad. Estos también, tienen una tarea importante en la reconstrucción del mundo: su sencillez y humildad pueden demostrar cosas que quizá los “intelectuales” no logren. Además, cuentan con menos vicios que aquellos que suelen pensar demasiado. En definitiva, reconstruir el mundo es tarea de todos los días, puede ser en pequeños actos, o a gran escala. Pero es trabajo diario. Quien elige ser un disidente, lo es cada día. Tenemos nuestras fallas, nuestros errores y deslices (me temo que somos humanos, imbéciles por naturaleza) pero luchemos, luchemos contra la gran mayoría que nos presiona, contras los bombardeos constantes de los medios, contra los políticos que destilan palabras dulces colmadas de veneno y contra aquellos falsos profetas que predican que los valores son algo arcaico, que predican el libertinaje, una forma distorsionada y corrompida de la libertad. Jóvenes, compañeros, amigos, deseo que este 2009 sea próspero para todos ustedes. Pero la prosperidad no viene sola, sino que es producto del esfuerzo. Esforcémonos, entonces, por nuestros ideales, que en este siglo XXI es lo que más falta: Hay diversidad de tribus urbanas, hay diversidad de partidos, de religiones, de profesiones, de asociaciones, pero tras la mayoría de estos no existen ideales. Les deseo un muy feliz año nuevo, y ojalá podamos algún día construir ese Cielo nuevo, esa Tierra nueva que tanta falta hacen.

3 comentarios:

  1. Me emociona y me identifica lo que escribiste

    muy bueno el blog

    saludos

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  2. me senti muy identificada con tus escritos

    felicitaciones

    saludos

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  3. en cierta ocasion a la madre teresa le indagaron:
    -¿todo esto lo hace por solo 10 o 15 personas?
    ella repondio lo siguiente.
    - y tus 15 o 10, ¿donde estan?

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