jueves, 23 de julio de 2009

El rollo detrás de los rollos

Todo sucedió esta mañana. Entro en una habitación, cualquiera diría que común. Se oían palabras articuladas por ninguna boca, y la curiosidad me pudo. Me doy vuelta, y miro unos segundos la pantalla de la televisión. Para la desgracia de mi mente, tuve que absorver unos segundos de un programa de chimentos, (o algo por el estilo, en definitiva, era uno de esos programas en los que se habla de muchas cosas, pero al mismo tiempo de nada) y me asombró lo que vi, a tal punto que no pude dejar de escribir estas palabras. Un titular decía "Los rollos de Rocío Marengo". En honor a la verdad, no recuerdo si era esa la modelo, pero lo importante es que hablaban de los rollos de alguna que seguramente había salido en Showmatch (No se como pude escribir ese nombre, y no morir del asco en el acto). Me pregunté varias cosas, cuando pude abandonar la habitación y alejarme de la basura que vomitaba la TV. ¿Quién puede tener una vida tan fútil como para interesarse en los rollos de una mujer? ¿Que pasó con nosotros, como para que la televisión mane chorros de vanidad e idioteces a borbotones, y haya gente que la mire? Los rollos de Rocío Marengo no son todo el problema. Los problemas, el rollo detrás de los rollos, son muchos. Comprendí hoy porque estamos como estamos. Comprendí porque Argentina, a juzgar como están las cosas ahora, no saldrá adelante. Somos tan nimios, tan insignificantes, tan orgullosos, tan soberbios. Que una sociedad se deje embelesar por unos rollos, por un programa que repite, comenta y critica lo que hace otro programa, cuyo contenido es baladí, me hace pensar en el colapso intelectual, social y cultural. Pan y circo. Luego, nos quejamos.
Aún así, la porquería y el peligro que avisto en los rollos, va aún más allá, y fue lo que terminó de completar mi indignicación. Hablar de los rollos de una mujer, es denigrarla. Que sea tema de conversación por su panza, es una imbecilidad. Y queda en claro, que aunque solo se hablaba de los rollos de una mujer, esto puede extenderse a toda la feminidad: justamente, la televisión impone esetereotipos. A través de la denigración de una mujer, esta se extiende a todas.
Cuando el tema está de moda, a los medios les agarra el ataque de publicar notas sensibleras sobre los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia. Incluso, no me sería en absoluto extraño que en alguno de esos mismos programas que hablan de "rollitos", sacaran al aire una nota sobre dichos trastornos: nunca, haciendo un mea culpa, teniendo en cuenta que ellos son los principales responsables.
Las enseñanzas que me dejó la TV hoy, luego de estar apenas unos segundos expuesto a ella, son las siguientes: estupidización, nimiedad, basura, denigración femenina, estereotipos insensatos. Bienvenidos al siglo XXI.

Para aquellos interesados en leer más sobre la relación entre los Medios Masivos y los trastornos alimenticios dejo un fragmento de una nota sobre el tema, publicado por la revista Muy interesante, del mes de Abril de este año.

"Las consecuencias psicológicas de esta transmisión social corren como un
reguero de pólvora. Anne Becker, del Departamento de Psiquiatría del Hospital
General de Massachusets, en EEU., pudo comprobarlo en un estudio realizado en
una remota región de las islas Fiji. A fines de los '90, los habitantes de ese
lugar empezaron a tener televisión; tres años después, el porcentaje de chicas
adolescentes que vomitaban para controlar su peso se multiplicó por cinco. La
mitad de las que pasaban muchas horas frente al aparato fueron más proclives a
describirse como obesas, y la tercera parte de las que tenían tele habían
empezado a hacer dieta."1



1- Fusaro Mariana y Muiño Luis. (2009, abril). Cuando comer duele. En Muy interesante, 18-23.

1 comentario:

  1. Me quedo con el comentario de Rocío Marengo, mujer que ha llegado donde esta (me refiero a ser conocida) no exactamente por sus habilidades intelectuales o dotes artísticas, sino por su auto denigración, esforzándose en demostrar que la modelos rubias han asesinado hasta la última de sus neuronas, dejando solo las necesarias para mantener las capacidades motoras que le permitan hacer el baile del osito o algo de eso. No cabe duda que también esta es una forma de estar en la pantalla nuevamente, no importa si para ello se debe ridiculizar hasta la médula, lo importante es seguir facturando. Todos estos esperpentos son hijos de la máquina generadora de famosos vacíos de capacidades artísticas (me refiero a Tinelli), cuya mayor aptitud se basa en recordar las actos de los últimos diez años y repetirlos hasta el hartazgo. Esta en cada uno de nosotros la decisión de usar el control remoto y buscar otra programación que nos permita ampliar nuestra perspectiva cultural ya sea desde el punto de vista histórico, musical o simplemente de interés general, sencillamente algo que nos pudra la cabeza. La elección es nuestra. No seamos víctimas de la caja boba!

    ResponderEliminar