Aún así, la porquería y el peligro que avisto en los rollos, va aún más allá, y fue lo que terminó de completar mi indignicación. Hablar de los rollos de una mujer, es denigrarla. Que sea tema de conversación por su panza, es una imbecilidad. Y queda en claro, que aunque solo se hablaba de los rollos de una mujer, esto puede extenderse a toda la feminidad: justamente, la televisión impone esetereotipos. A través de la denigración de una mujer, esta se extiende a todas.
Cuando el tema está de moda, a los medios les agarra el ataque de publicar notas sensibleras sobre los trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia. Incluso, no me sería en absoluto extraño que en alguno de esos mismos programas que hablan de "rollitos", sacaran al aire una nota sobre dichos trastornos: nunca, haciendo un mea culpa, teniendo en cuenta que ellos son los principales responsables.
Las enseñanzas que me dejó la TV hoy, luego de estar apenas unos segundos expuesto a ella, son las siguientes: estupidización, nimiedad, basura, denigración femenina, estereotipos insensatos. Bienvenidos al siglo XXI.
Para aquellos interesados en leer más sobre la relación entre los Medios Masivos y los trastornos alimenticios dejo un fragmento de una nota sobre el tema, publicado por la revista Muy interesante, del mes de Abril de este año.
"Las consecuencias psicológicas de esta transmisión social corren como un
reguero de pólvora. Anne Becker, del Departamento de Psiquiatría del Hospital
General de Massachusets, en EEU., pudo comprobarlo en un estudio realizado en
una remota región de las islas Fiji. A fines de los '90, los habitantes de ese
lugar empezaron a tener televisión; tres años después, el porcentaje de chicas
adolescentes que vomitaban para controlar su peso se multiplicó por cinco. La
mitad de las que pasaban muchas horas frente al aparato fueron más proclives a
describirse como obesas, y la tercera parte de las que tenían tele habían
empezado a hacer dieta."1
1- Fusaro Mariana y Muiño Luis. (2009, abril). Cuando comer duele. En Muy interesante, 18-23.